12.8.13

Por la ventana del Tren

Ruge el tren, expresando el vigor del que se sabe rey de estas selvas de maíz y de girasol. Su insaciable traqueteo suena a música celestial para unos oídos que desde hace ya algún tiempo necesitan sinfonía. 
Aquí, sentado junto a la ventana, mis ojos contemplan recuerdos de días pasados, esperando las nuevas aventuras que nos aguardan en la próxima estación.
De esas aventuras y de nuevas caras, pero también de la sonrisa y el cariño de los que en este periplo me acompañan, iré llenando esta mochila que llevo a cuestas, y que volverá seguro rebosante de sueños y memorias, que ojalá forjen en hierro los lazos entre estos cuatro jinetes que un buen día decidieron partir a la conquista de Europa.