23.9.13

Y allí estaba yo

Y allí estaba yo, saltando como un adolescente en mitad de aquel tumulto de sujetos enloquecidos por el júbilo. Jaleando la letra de aquellas canciones que había escuchado hasta la saciedad como si se tratara de mi última vez.

Todo ocurrió durante una espléndida noche de verano. Un manto de estrellas inundaba el firmamento. Corría una ligera brisa, apresurada por recoger la magia que acontecía en aquel lugar para después susurrarla a los cuatro vientos por laderas y valles. La luna, que como siempre había escogido un sitio privilegiado para la velada, observaba entretanto atentamente la escena.