22.7.15

Relatos de un Enlace

Así sucedió. En mitad de aquella gigantesca ola de calor, probablemente tsunami. Era domingo, o al menos así lo recuerdo. Nunca sabremos si así lo eligieron ellos o si por el contrario fue el domingo, rey en la selva de los festivos, quien no quiso faltar a la cita.

Sea como fuere, de lo que se puede estar seguro es de que aquella tarde Sardana y Chotis bailaron juntos y prometiéronse amor eterno. Daba gusto verlos deslizar sus apuestos cuerpos, que recitábanse poesía al son de un tamboril mirandeño.