10.4.13

No es comida rápida



Vivimos en una época frenética. El corazón de la gran ciudad, al borde del ataque cardíaco, late con suma celeridad, mientras sus habitantes se hallan inmersos en una espiral de prisas, de atascos y de angustiosa ansiedad.
Esta zozobra parece haberse convertido en alelo dominante dentro de la genética del hombre del siglo XXI. Da la sensación de que para él todo es efímero, de que nada va más allá de la mera búsqueda de pequeños placeres fugaces, que abandona sin darles siquiera tiempo a manifestarse en toda su magnitud y esplendor.

Es por ello que todo lo que triunfa en esta sociedad es instantáneo y volátil, exactamente igual que la satisfacción que produce. Múltiples son los ejemplos de que disponemos. Sin ir más lejos, el caso de la comida rápida es paradigmático: prontitud en la elaboración, baja calidad y por si fuera poco, nada saludable. Sin embargo, en un principio su sabor es resultón para el paladar, así que con ello nos conformamos. ¿Para qué vamos a preocuparnos en experimentar otras sensaciones a las que nuestras papilas gustativas no responden positivamente de primeras? Lo mismo ocurre con la música, excesivamente formulaica y repetitiva en estos días, cimentada sobre estribillos pegadizos que a la tercera escucha puedes tirar a la papelera. El cine, la telebasura, la literatura... y podríamos continuar así indefinidamente.

¿A dónde quiero ir a parar? Pensamos que los amantes de la comida elaborada, de la música clásica o de la buena literatura son gente desfasada, como de otra época, y que la calidad no existe sino que todo es función de modas y de gustos, acerca de los que como todos sabemos, no hay nada escrito. 
Bajo mi modesta opinión nada más lejos de la realidad. Considero que algo objetivamente bueno y de calidad tiene siempre la capacidad para poder llenarnos, para levantarnos de nuestros asientos e incluso en algunas ocasiones, para tocarnos el alma. Simplemente se trata de materias complejas que no podemos pretender asimilar ni disfrutar con inmediatez, sino que debemos concederles tiempo para obtener los resultados esperados, que seguro terminan por llegar.
Piensen en cualquier actividad, deporte o afición que les entusiasme y verán que es así. ¿O creen que la primera vez que un ciclista se subió a una bicicleta se enamoró a primera vista de ella? Pues indudablemente no, caería al suelo igual que lo hacemos todos como parte indispensable del proceso de aprendizaje.
Por todo ello, no es de extrañar que amantes de la pintura necesiten horas y horas para apreciar y analizar un solo cuadro (sí, ese sobre el que nosotros emitimos una opinión en 15 segundos) ni que se escriban artículos como uno que cayó en mis manos acerca del disco de Rubber Soul de The Beatles que decía así: "Maravilloso álbum, uno de los mejores jamás grabados. Reconozco que la primera vez que lo escuché no me atrapó, quizá porque las melodías y armonías eran demasiado creativas para absorberlas en una sola escucha".
Las pretensiones de este escrito no van más allá de hacerles una invitación a que insistan cuando sean sabedores de tener algo magnífico entre manos que sin embargo no son capaces de apreciar a la primera de cambio. Considérenlo normal y persistan, si lo desechan desperdiciarán una oportunidad de emprender un viaje tal vez inolvidable.


Es el 40 aniversario de un disco destinado a permanecer en el tiempo por y para siempre, con el que precisamente me ocurrió algo similar. Seguramente la mayoría de ustedes ya lo conocerá, no obstante, para los que ignoren su existencia aquí les dejo el enlace. Únicamente recuerden que no es comida rápida, por lo que saboréenlo y digiéranlo con paciencia, estoy seguro de que merecerá la pena.


"The Dark Side of the Moon" -  Pink Floyd


9 comentarios:

  1. muy interesante, es el triunfo del "kitsch"...se abre una interesante conversación. ¿ qué es lo objetivamente bueno? ¿existen las valoraciones objetivas?...nos lo preparamos para la próxima cerveza...

    Mime

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  2. Por supuesto que existen cosas objetivamente mejores que otras. Pero que sea mejor no significa que tenga por qué gustarte. Unas botas chelsea de C&J son infinitamente de más calidad que cualquier zapato de zara pero puede gustarte más el diseño de uno que de otro.
    Luego también entra el tema de la relación calidad precio. Muchos aunque reconocen que un rolex es mejor que un longines y éste mejor que un lotus no estarán dispuestos a pagar lo que cuesta el primero. Cuando lo necio , y aquí no hay discusión, es pagar por eL último.
    Y por último entramos en un grupo de gente que apreciamos las cosas de calidad y que acabamos coincidiendo en diferentes foros, clubs privados y eventos nacionales e internacionales. Los puntos en común suelen ser: vehículos deportivos, gastronomía gourmet, moda clásica , zapatería artesanal, afeitado clásico, relojería suiza, el mundo del habano y ,curiosamente, la fotografía.
    Si queréis comprobar que existen, en España, miles de personas que admiran las cosas hechas con calidad ,y en su mayoría artesanalmente, sólo tenéis que ojear las siguientes webs: soloporsche,elaristocrata, sinabrochar,foropuros,caborian,relojesespeciales. O dejaros caer a finales de mes por Baselworld, repasar lo que ha dado de sí este año pitti uomo ( con una gran representación española), haceros miembros de pasión habanos, y dejaros cser, sin salir de Madrid, por: meermin, Carmina, Rabat, Sant Celoni, camisería Burgos y el Auditorio Nacional por poner un ejemplo.

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    1. De hecho en mi entorno lo que triunfa, parafraseando al autor del blog, es la calidad , lo elaborado, lo complejo.
      Las entradas al auditorio y al Real se agotan con inusitada rapidez, sigue habiendo lista de espera para determinados relojes automáticos ( mucho más caros e imprecisos que los cuarzos pero con una maquinaria compleja montada a mano , relojes con alma ), Meermin no hace rebajas en ninguna época del año porque tienen una clientela más que suficiente, las nuevas tiendas que han abierto en Madrid de moda clásica masculina ( Man1924, lander Urquijo), la creación del club el aristócrata, la apertura en los últimos 6 meses de dos nuevos club de puros en Madrid, laS nuevas tiendas y foros de afeitado clásico, la apertura de Rabat en Serrano, o comprobar cómo varios de los mejores restaurantes de la ciudad tienen listas de espera de 2 meses , literalmente.

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  3. Lo siento, me parece totalmente superficial y pedante. En ningún momento creo que lo "bueno" tenga que ser en primerlugar físico, y en segundo lugar, directa e inherentemente ligado al dinero o capital económico que alguien posea, y sobre todo NO es exclusivo de la élite social.

    La comida era solo una metáfora para representar aspectos más trascendentales.

    Prueba a leérlo de nuevo con esta perspectiva y retomamos el debate,
    Por cierto, si aun así sigues interesado en las cosas calidad pásete por antitrendingtopia.wordpress.com

    Mime

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  4. Creo que se están confundiendo los términos del debate, que no por ello deja de ser productivo... Por un lado, me da la sensación de que la intoxicación mediática a la que nos vemos sometidos desde hace unos 100 años (con crecimiento exponencial desde hace 50) nos presentta en mucha mayor dosis unos productos que otros, por puros motivos de estrategia empresarial: McDonalds invierte proporcionalmente a sus cifras de negocio mucho más en marketing y "presencia" en nuestras vidas que los restaurantes de comida indochina vegana (no sé si tal cosa existe, es un loco ejemplo), y consecuentemente existe una mayoría social que conoce, visita y a la fuerza acaba prefiriendo McDonalds a los restaurantes minoritarios. Sea o no más sabroso, más o menos sano y suponga una experiencia social más o menos agradable. Todo eso es secundario, la causalidad es lo primario.

    Otro matiz distinto es el de las posibilidades económicas para acceder a la "calidad", aún teniendo una idea clara de lo que es calidad. No en general ni con objetividad, sino siquiera para nosostros mismos. Hace 500 años, sin existir las estrategias comerciales como tal, lo único que decidía si almorzabas pan mojado en vino agrio o por contra un suculento entrecot marinado con hierbas orientales era lo abultado del bolsillo. La calidad la marcaba lo que el bolsillo podía permitirse. Mi pregunta es: ¿hoy en día sigue siendo así? ¿Es un Ferrari de alta gama 20 veces más caro que un utilitario común únicamente por la ley de la oferta y la demanda, o existe "algo" que lo haga tan mejor, y quién valora ese "algo"? Otro ejemplo: el hecho de que al restaurante "El Bulli" hubiera que reservar mesa con 2 años de antelación, ¿se debe únicamente a su calidad (incluyendo comida, servicio, experiencia vivida), o también al efecto llamada que provoca saber lo dificil que es conseguir mesa, el estatus social que comporta (es decir, el componente publicitario)? Yo creo que fundamentalmente es lo segundo.

    Concluyendo; pienso que si escogemos productos o servicios en concreto no por sus características intrínsecas. Más bien es por nuestra afinidad a las ideas que nuestra cabeza relaciona con ellos: algo que podré compartir con alguien, algo que será una experiencia muy personal e íntima, algo con lo que seré mejor visto, algo con lo que me considero más auténtico, algo que hace feliz a alguien concreto y a nadie más...

    Kevin

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  5. El tema del blog no refleja más que el puro desconocimiento del autor sobre la materia y la poca reflexión y documentación que ha realizado para su elaboración.
    Los dos ejemplos dados como comida rápida y música clásica son dos fiascos. El auditorio está lleno , y en gran parte por gente joven, cuantas veces ha estado el autor en el último año para comprobar lo que triunfa ?. Los restaurantes de comida elaborada, compleja que te puede llevar 3 horas degustar tienen lista de espera de 2 meses ?.
    La gente demanda cada vez más cosas elaboradas ,complejas y de calidad. En mi entorno laboral de 20 personas ( hay 6 asiduos al.auditorio y mínimo 2 que van esporádicamente) nunca se ha mencionado a pitbull o el barrio o diferentes productos de "fast music".

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    1. El que su círculo de amigos o compañeros de trabajo acudan al auditorio no es muestra representativa de los hábitos de la sociedad actual, no tiene más que comprobar cuales son los discos más vendidos para darse cuenta que los gustos de sus amigos o compañeros de trabajo no son los mayoritarios.

      Yisus.

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  6. Esto no va de marketing ni de publicidad; si lo fuera estariamos hablando de la manipulacion a la que somete a los individuos y toda la desgracia que eso ha conllevado.

    Si aun así, no se ha entendido la intención del autor para hablarnos sobre la superficialidad de estos tiempos, el triunfo del kitsch, etc...me veo imposibilidata a seguir con este absurdo.

    Mime

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  7. En primer lugar muchas gracias a todos por vuestras opiniones y comentarios, siempre enriquecen. Se está hablando de muchas cosas que están dando bastante amplitud e interés al debate. Si bien el texto en mayor medida alude a aspectos más trascendentales, no es menos cierto lo que aquí se está comentando, que todo absolutamente todo: productos, servicios, deportes... hasta un simple juego de cartas tiene "su propia ciencia" y desde luego se le puede sacar muchísimo más jugo de lo que en un primer momento uno puede imaginarse. Lo que yo pretendía no era decir si el Auditorio Nacional o el Reina Sofía llenan o no sus salas, que no dudo que lo hagan, sino simplemente invitar al lector a realizar una reflexión acerca de cómo ha confeccionado sus hábitos, sus aficiones o sus gustos y plantearle que en ocasiones habrá descartado otros que podrían considerarse de "mayor calidad" por el mero hecho de no haberles dedicado suficiente tiempo, ya que en general los aspectos más complejos y elaborados requieren una digestión mucho más lenta, y en esta sociedad muchas veces somos presos de un desasosiego que nos ha calado hasta los huesos e impide que se lo dediquemos. A mi juicio no es que no podamos apreciar "la calidad" ni que esté restringida a las élites culturales, ni económicas, la mayoría de veces es simple y llanamente que no le dedicamos tiempo. Cada uno lo podrá aplicar a su propia circunstancia, ya que como vemos es un tema amplio, y por ello bajo mi punto de vista no está relacionado directamente con el dinero excepto quizá en el tema específico de los objetos materiales, que como digo creo que es sólo una pequeña parcela. He puesto entre comillas lo de "mayor calidad" porque hay otro debate subyacente que apuntaba Mime sobre si la calidad es algo medible objetivamente. Referente a esto me ha resultado muy interesante el comentario de Kevin, en especial el último párrafo.¿Nuestra idea de calidad en qué medida viene influida por la publicidad, por la cultura o por la opinión de nuestro entorno? Parámetros como: poder compartir la experiencia con alguien, ser mejor visto o aproximarnos más a la idea de persona que desearíamos ser, desde luego no sé si afectan a la calidad como tal de las cosas, pero sí me parece que influyen de manera capital en nuestras elecciones.

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