Existen pocos términos que usemos continuamente de un modo tan vago e impropio como la palabra "importante". Ganamos importantes sumas de dinero (no ingentes), percibimos diferencias importantes (no sustanciales), o decimos que hace un frío importante (no intenso). ¿Nos hemos olvidado de qué es lo importante, y por eso usamos el vocablo como sinónimo de grande? Cuando estoy a punto de retirarme a mi frecuente montaña de la desesperanza en la raza humana, voy y me topo con el programa del Follonero del último domingo (lo recomiendo entero, 49 minutos, y especialmente los vídeos quinto y sexto), y encuentro un hilo de clarividencia.
El capítulo, titulado "Con la comida no se juega", es una mirada rápida al ciclo de los alimentos de primera necesidad que, por diversos motivos, tras su recolección y/o comercialización son retirados del mercado y eliminados, cuando irónicamente ya más del 20% de la población en España (cuesta creerlo, pero eso dicen las estadísticas) tiene dificultades económicas para poder acceder a ellos. Resulta que una parte de estos productos que enfilan el vertedero es recuperada por bancos de alimentos, cuyos voluntarios los reparten a quien los demande. Pan, arroces, aceites, conservas, incluso frutas y vegetales.
La mueca torcida de Jordi Évole -y la mía- atiende entonces a un trabajador social explicando la sensación de verguenza, frustración, y a veces agresividad que proyectan las familias que, viéndose de nuevas en estas lides, hacen la que parece ser la única cola sin buena publicidad en este país nuestro. Cuenta que estas personas sienten que con ese gesto pierden la dignidad. Me pregunto si es la dignidad de la que se hicieron acreedores cuando obtuvieron su hipoteca, o mandaron a sus hijos a la universidad para que salieran pre-parados, o pudieron irse a la playa todos los veranos... No sé.
A los jóvenes españoles -perdón, a la mayoría de los jóvenes españoles- ya se nos está dejando bien claro que "no vamos a vivir mejor que nuestros padres"... eso sí, tomando como escala de medición el PIB, la renta per cápita o el umbral de pobreza. Lo estamos asumiendo. Pero está en nuestras manos arañar nuestras cortezas y redescubrir qué era lo importante. Los jóvenes voluntarios de los bancos de alimentos y tantos otros ya han sentido la llamada de un humanismo olvidado, en el que debemos reencontrarnos, y me enorgullezco de ellos.
Quiero ser el día de mañana un viejo con arrugas no de aturdimiento ni de extrañeza, sino de sabiduría y de dignidad recuperada. Bucear este tsunami y volver a respirar no es "Lo imposible", es "lo importante". ¡Compañeros, vamos a por ello!
Jo ya lo echaba de menos, mira que entro todos los días a "chismiar", a ver qué es lo que queréis contar, y eso que el post anterior era del 29/11, muchos días¡¡¡ a la expectativa...
ResponderEliminarGenial la diferencias del término importante, muy certero esos matices. Ahora bien lo del programa ,que por cierto lo vi entero como todos los fines de semana, yo destacaría la ignorancia humanitaria, como se nos está yendo la pinza, como estamos perdiendo la cordura, al llevar a tal extremo el culto a lo estético - físico, que no nos importa tirar cantidades ingentes de comida a la basura por un simple defecto visual, sobre-explotando la agricultura y por estas exigencias haciendo el producto final algo artificial y muchísimo más costoso. Considerando taras a envases que están en perfecto estado, tirando al mar kilos y kilos de pescado para "cumplir" una estúpida normativa europea que desde luego se revela en contra del objetivo principal para el que fue creado, proteger la sobre-explotación pesquera... y todo esto con bienes de primera necesidad.
Necesidad que cada día padecemos todos los españoles, y sobre todo ese 20% de la población que se encuentra con la realidad más dura, tener que ir a hacer las colas para recoger un poco de la comida que tiramos, que nos sobra, pero siempre a merced de la predisposición de las grandes cadenas alimenticias.
De esta crisis dura deberíamos aprender que los beneficios de las sociedades, es un término mucho... muchísimo más amplio que una cuenta de resultados... y que cada cosa tiene la "importancia" que tiene... porque con eso lo mismo contribuimos a que esa colas a las que no sé les da mucha publicidad en nuestro país... sean menos cuantiosas.